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Paseo por el Lipton Seat en la región de té de Sri Lanka

Desde Haputale en Sri Lanka, un camino tan bonito…

Plantaciones de té hasta el horizonte
Plantaciones de té hasta el horizonte

Esta mañana, el equipo de Shanti Travel Sri Lanka que se fue de viaje de familiarización se divide en dos. Aleksandra hará un trekking en las cataratas de Bambarakanda mientras Nadeesha y yo vamos a 20 km de Haputale en la zona de té para descubrir el Lipton Seat. Empezamos temprano el día, hace buen tiempo y la temperatura es agradable. El camino estrecho lleno de flores serpentea a través de las plantaciones de té. El paisaje es magnífico y el campo empieza a despertarse. Una escolar que lleva el uniforme blanco con corbata, como todos los alumnos esrilanqueses, permanece de pie delante de la misión católica “De Mazenod” construida en 2009, y nos sonríe.

Los nombres de las plantaciones se suceden a medida que pasan los kilómetros: Sherwood, Thatologala, Pitaratmalie hasta llegar a Dambatenne, plantación que adquirió en su época Sir Thomas Lipton para abastecer su cadena de tiendas de comestibles. Su nombre dio la vuelta al mundo y permanece inextricablemente relacionado con el famoso “Té de Ceilán”. ¡Incluso en el África occidental, se dice “Lipton” para designar una bolsa de té!

Después el café…él te de Sri Lanka

Cosechadora del Lipton Seat
Cosechadora del Lipton Seat

Originalmente era el café el que planteaban los colonos británicos. Pero cuando una enfermedad devastó las plantaciones, el café fue abandonado en favor del té. Fue Sir James quien introdujo al fin del siglo XIX el cultivo del té que rápidamente se volvió en el oro verde de la isla. Charlando de esto, Jagath, nuestro chofer, nos contó que los trabajadores de las plantaciones se rebelaron cuando fue tomada la decisión de dejar el cultivo del café. Para los trabajadores cada planta arrancaba era como si se arrancara sus raíces y su medio de sustento. Contemplando los tulipanes de Gabón, los eucaliptos y detrás los pequeños huertos, me viene a la mente que si la tierra pudiera hablar, tendría mil historias que contar. Nos cruzamos con cosechadores y sus bolsas de plástico que sustituyen el tradicional cuévano. Más tarde les veremos de nuevo reuniéndose en torno al capataz para el pesaje de la primera cosecha de la mañana. Seguimos nuestro paseo. Más abajo se destacan los pueblos de casitas coloradas, todos instalados en los alrededores de  la fábrica de té, verdadero motor económico de la región.

Aquí y allá en la carretera, escondidos al medio de los imponentes arboles, altares con ofrendas de flores dedicadas a uno o otro de los dios del panteón hindú recuerdan que la mayoría de los trabajadores de las plantaciones son tamiles.

! Brindamos con nuestras tazas de té a la belleza de la isla de Ceylán!

Cosechadoras trabajando
Cosechadoras trabajando

A 7,5 kilómetros de la fábrica de Dambatenne, y después de pagar 100 rupias para el coche y el chofer y 50 rupias por pasajero, alcanzamos nuestra meta: el Lipton Seat. Durante nuestro viaje hemos adelantado a senderistas llegando a pie desde Haputale. ¡Que hermoso paseo para quien tiene el tiempo! Pero con nuestro programa de visitas, ¡no teníamos ni un minuto que perder!

Después de 1,5km, Nadeesha y yo llegamos al mirador y nos deslumbran aquellas fabulosas vistas a la montaña.

Más abajo, localizamos una pequeña cabaña. allí se sirve el té de la plantación con cuadraditos de jaggery, un tipo de azúcar local con miel, y con algunos buñuelos, y todo esto a precios sin competencia, ¡30 rupias, la taza! Para recordar siempre aquel paseo en el Lipton Seat, tomamos algunas fotos y brindamos con nuestras tazas de té a la belleza de Sri Lanka!

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