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La ascensión mítica del Pico de Adán en Sri Lanka

Luces y colores de la peregrinación
Luces y colores de la peregrinación

Pasando por el magnífico lago de Maskeliya y la ciudad animada de Hatton, atravesamos las montañas del centro del país para llegar en el pueblo de Dalhousie situado al pie del Pico de Adán.
El dueño sonriente nos acoge en el White House, su casa de huéspedes localizada a orillas del río más debajo de Dalhousie. Después saborear el rice&curry local cocinado con mandioca, judías verdes, lentejas y diversas especias, nos acostamos en habitaciones agradables para empezar la noche. A las dos de la mañana, ya es la hora de despertarse con una taza de té de Ceilán. ¡De verdad, esta noche se parece más a una siesta! Pero si queremos ver la puesta del sol desde la cumbre del Pico de Adán, también llamado Sri Pada, es el mejor momento para lanzarse al asalto de la montaña sagrada. Ya abundan en todas partes de Dalhousie peregrinos de cualquier edad y viniendo de todo el país. En las calles las tiendas coloradas y la música nos animan a participar en esta peregrinación única durante la cual se unen las religiones hinduistas, budistas, católicas y musulmanes. Una parada para comprar frutas y agua y estamos listos para empezar la ascensión del Pico de Adán.

Ascensión entre los peregrinos

Sol poniente en la cumbre del Pico de Adam
Sol poniente en la cumbre del Pico de Adam

Parece que nunca va a acabar el desfile de escalones: ¡5200 en total! Pero el camino que pasa por varias plantaciones de té, caratas y templos dedicados a Buda no tiene nada de aburrido. El periodo de la peregrinación está en su apogeo desde la luna llena de Diciembre hasta la de fin de Abril y así asegura un paseo bien iluminado. En camino se puede parar para descansar, aprovisionarse y echarse una siesta. ¡Aun se puede tener un masaje de pies!

Después de 3 horas de marcha, cuando casi estamos logrando la cumbre del pico sagrado, el camino se estrecha y atascos humanos empiezan a crearse. Decidimos cambiar un poco de ruta y tomar el camino donde se une el sendero que empieza en Ratnapura y el de Dalhousie.

La huella sagrada en la cumbre de la montaña

En medio de los peregrinos
En medio de los peregrinos

¡Qué buena idea, hacer un rodeo! El sendero de Ratnapura es más largo, menos balizado y de hecho menos frecuentado. Disfrutamos de unas vistas magníficas: las plantaciones de té se pierden en el horizonte y las cumbres de las montañas se revelan por encima de las nubes. Una vez alcanzada la cumbre, somos testigos de la fervor de los peregrinos que se dan prisa para ver la famosa huella del pie de Buda, Adam, Chiva o Mohamed según las creencias de cada uno. Ver el sol levantarse sobre las montañas es una experiencia hermosísima. ¡Claro que valía la pena levantarse a las 2 de la mañana!

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